La Marcha Nórdica resulta realmente útil en la prevención y rehabilitación de ciertas enfermedades, ya que aporta numerosos beneficios; por ejemplo, su práctica se aconseja en personas que sufren casos de hipertensión, diabetes o problemas cardiovasculares. Desde nuestra escuela, queremos ampliar aún más esta lista y enseñarte nuevas dolencias que mejoran gracias a este deporte; por eso hoy te vamos a hablar de la fibromialgia.
¿De qué se trata?
Lo primero es tener una visión global de esta afección.
La fibromialgia es una enfermedad crónica que se caracteriza por producir un dolor musculoesquelético generalizado en el paciente. Conlleva además a tener una exagerada hipersensibilidad en múltiples áreas corporales, fatiga persistente y sueño no reparador, entre otros síntomas.
Por el momento, se trata de una dolencia difícil de concretar y cuyos pacientes que la sufren se sienten incomprendidos; aunque se sabe que no es contagiosa y que afecta fundamentalmente a mujeres, sus causas siguen siendo desconocidas. Su incidencia resulta difícil de delimitar pero la estimación mundial se sitúa entre el 2 y 6% de la población; en España un 2’4% de la población se ve afectada y el 90% en los casos están protagonizados por mujeres.
Pese a que no existen unas pautas concretas de prevención, las nuevas investigaciones y el ejercicio ayudan a la comprensión de esta compleja enfermedad.
Mantente activo contra la fibromialgia
Numerosos estudios han demostrado que mantenerse activo y realizar actividades físicas moderadas, como ejercicios aeróbicos, ayuda a mitigar los dolores; eso sí, los médicos recuerdan que hay que tener en cuenta el límite de las capacidades del paciente.
Con estos ejercicios ganarás mayor energía y flexibilidad, disminuirás la ansiedad y mejorarás tu sueño, reduciendo el sentimiento de fatiga. Un punto positivo es que son muchos los ejercicios que puedes hacer; natación, yoga, pilates, tai chi o entrenamientos de fuerza son algunos de ellos. Y, por supuesto, caminar.
La opción del Nordic Walking
Como los otros ejercicios aeróbicos, la Marcha Nórdica resulta muy beneficiosa para las personas que padecen fibromialgia; de esta manera podrás liberar tensiones y las rigideces de las articulaciones en compañía de tus bastones. Aunque debe ser un médico quien valore si el paciente puede realizar esta práctica deportiva y con qué intensidad; los pacientes con fibromialgia y esclerosis múltiple necesitan seguir un programa especial controlado por profesionales, incluyendo precalentamiento, trabajo y recuperación.
Existe un estudio del 2010 que determina que el Nordic Walking realmente ayuda en el tratamiento de esta enfermedad. Mannerkopi realizó pruebas a 67 mujeres con fibromialgia y dividió al grupo según la actividad; 34 mujeres realizaron Nordic Walking a una intensidad moderada y 33 hicieron marcha normal a un nivel leve.
Las caminatas duraban 20 minutos y los resultados determinaron que al usar los bastones se apreciaban mejoras funcionales físicas significativas. Además, se vio una disminución en la frecuencia cardíaca y el impacto físico, por lo que no se inducía dolor.
Sin embargo, ningún grupo mostró una reducción clínicamente significativa en el dolor aunque una cosa está clara: gracias al Nordic Walking, se puede permitir a las personas con fibromialgia caminar al aire libre sin evitar las colinas y sin temer el aumento del riesgo de caídas. Por eso, los médicos pueden recomendar un deporte seguro y así los pacientes tienen otra forma de ejercicio que realizar; gracias a ello recuperarán la pérdida significativa de la capacidad aeróbica al tiempo que reducen los síntomas de la fibromialgia.