Si eres mujer y estás en la bonita etapa del embarazo, sabrás que el ejercicio puede ser tu gran aliado. No solo alivia los dolores de espalda, también mejora tu circulación sanguínea y la del bebé; sin olvidar que combate el insomnio y el exceso de peso. Son razones suficientes para seguir manteniéndote en forma o para ponerte con ello si aún no lo has hecho. Si quieres empezar, y contando siempre con la aprobación de tu médico para evitar riesgos, solo falta buscar un deporte… ¡Y sabemos cuál es el más indicado! Así que elige tus bastones y atrévete a hacer Nordic Walking durante el embarazo.
La importancia del instructor
No mentimos cuando decimos que cualquier persona puede hacer Nordic Walking, sea cual sea su edad o condición física. También pueden realizarlo las embarazadas, ya que reduce el estrés y es una actividad de bajo impacto, sin movimientos bruscos.
Sin embargo, recuerda que tiene que ser el deporte el que se adapte a la gestante y no al revés. Por ello, si eres principiante, no debes caminar durante 90 minutos y a un ritmo de competición; deberá ser un instructor quien te aconseje la técnica, cómo empezar y por cuanto tiempo y ritmo. Aunque no hay que olvidar que generalmente el mejor momento para practicar deporte es el segundo trimestre del embarazo; durante el primero hay más riesgo de aborto y en el tercero el cuerpo se agota antes.
Los efectos del Nordic Walking durante el embarazo
Caminando con tus bastones conseguirás aumentar tu fuerza abdominal y controlar tu respiración, ayudándote en el momento del parto. Pero realizar Nordic Walking durante el embarazo supone mucho más. Ejercitarás todo tu cuerpo con un deporte de bajo impacto, ayudándote a estar activa y en forma; también aliviarás tus dolores de espalda provocados por el peso del vientre, ganarás masa muscular y mejorarás tu sistema cardiovascular. Incluso algunas futuras mamás dicen que consiguieron controlar las náuseas propias del embarazado gracias a la Marcha Nórdica.
Además, estar en contacto con el aire libre te evitará el estrés de la ciudad y el tráfico. Y como los bastones se adaptan a todos los terreno, podrás ponerte en marcha en cualquier estación del año; también es un seguro para ti y el bebé, ya que al apoyarte sobre ellos ganarás estabilidad y evitarás caídas. En definitiva, la Marcha Nórdica te aportará todos los beneficios de caminar más los propios de esta disciplina.
Y más allá del embarazo
Pero el Nordic Walking también puede servirte cuando termines esta etapa y tengas a tu bebé en brazos. Porque si quieres seguir haciendo ejercicio y estar cerca de tu hijo, puedes compaginar esta actividad sin problema. Y es una bonita forma de compartir experiencias con tu bebé e iniciarle en la práctica.
Tan solo necesitas un carrito o una mochila portabebés, que llevarás atado a tu cintura o sobre tu regazo respectivamente. De este modo, seguirás beneficiándote del Nordic Walking y además podrás conseguir nuevas ventajas, como fortalecer tu suelo pélvico; esta zona es una de las más resentidas tras el embarazo y este deporte te ayudará a mejorar su musculatura.
En el siguiente enlace puedes ver cómo Sophie Maingre, co-fundadora de Nordic Walking Adventure, adaptó el Nordic Walking a su maternidad.
Así que no lo dudes. Si estás embarazada y quieres ponerte en forma sin correr riesgos, ¡únete a la familia de los Nordic Walkers!
Foto de portada: manduca-blog.com