“El cuerpo humano está compuesto de un 75% de agua al nacer y un 65% en la edad altura”. “El agua es imprescindible, no podemos estar más de cinco días sin beber y sin poner en riesgo nuestra vida”. “Perdemos agua durante todo el día pero cuando hacemos ejercicio el porcentaje aumenta”… Estas son algunas de las frases que todos sabemos, bien por conocimiento o bien por obviedad. Sin embargo, conociendo la importancia de la hidratación a la hora de hacer deporte, muchas veces la pasamos por alto. Y es cuando empezamos a deshidratarnos y a poner en peligro nuestro cuerpo.
Hidratación antes, durante y después
Al realizar una actividad física, sea del tipo y de la intensidad que sea, consumimos energía; esto se traduce en una eliminación de sales minerales y agua corporal a través del sudor. Además, este porcentaje aumenta en verano, por lo que siempre es recomendable llevar agua o bebidas isotónicas contigo. Pero no solo en el momento en el que estás haciendo deporte.
Se recomienda que un adulto, en condiciones normales, beba alrededor de 2 litros de agua diarios; por lo que habrá que aumentar el consumo si se va a practicar una actividad física. Hidratándonos antes de hacerlo prepararemos nuestro cuerpo para el esfuerzo futuro y mantendremos un equilibrio hídrico constante. El Instituto de Investigación Agua y Salud recomienda ingerir unos 500ml. de agua 1 o 2 horas antes del ejercicio; la bebida debe de estar entre 10-15°C y consumirse a pequeños sorbos para que el cuerpo la asimile más fácilmente.
Durante el ejercicio, el mismo Instituto recomienda beber 100-200 ml. cada 15 o 20 minutos. Aunque son muchos los factores que influyen en las necesidades hídricas, como las características del ejercicio y las del propio individuo, la capacidad de sudoración, el tipo de ropa o las condiciones ambientales.
Por último, también hay que señalar la importancia de la hidratación después de la actividad. El Instituto de Investigación Agua y Salud recomienda beber 1’5 litros de agua por cada kilogramo perdido; y beber durante la hora siguiente del ejercicio, de esta forma empezaremos a reponer los líquidos perdidos. Además el agua nos ayudará a eliminar desechos metabólicos, transportar los nutrientes y evitar las lesiones. Por ejemplo, conseguiremos no tener tendinitis, calambres, fatiga o posibles golpes de calor.
Síntomas de la deshidratación
Tener sed es el principal síntoma de sufrir deshidratación, puesto que nuestro cuerpo nos avisa de la falta de agua. Pero no hay que esperar a tener sed ya que entonces habremos perdido alrededor de un 2% del agua corporal. Y tras este primer síntoma de una deshidratación leve, empezaremos a sentir los demás si no lo remediamos. Tener cansancio, debilidad, dolor de cabeza, falta de apetito, aumento de la temperatura corporal y la frecuencia cardíaca, son algunos.
El nivel de deshidratación moderada comienza cuando empezamos a sentir nuestra piel seca o poco elástica. La boca se ve afectada también, de modo que la encontraremos seca o pegajosa. Por otro lado, podemos sentir que nuestra orina empieza a ser de color oscuro o producimos poca. Llegados a este punto, nuestro cuerpo ha perdido de un 6 a un 8% de agua.
Por último llega el nivel de deshidratación severa, el más peligroso porque habremos perdido hasta un 11% del agua corporal. Algunos síntomas de esta etapa son los espasmos musculares, problemas de equilibrio y dificultad para hablar. Tener la piel arrugada, una respiración y un ritmo cardíaco rápidos o sentir aturdimiento o delirio son otros. Si no se pone remedio, llevaremos a nuestro cuerpo al límite, pudiendo sufrir convulsiones, ataques de shock o, en casos extremos, daños cerebrales permanentes o la muerte.
Como resumen, desde la Escuela de Nordic Walking de Valladolid te aconsejamos incorporar a tu equipamiento una botella de agua. Además, bebe al inicio de un descenso o un tramo donde tu frecuencia respiratoria sea suave para asimilar el líquido; no lo hagas si atraviesas una zona exigente donde tu respiración aumenta (hiperventilación) porque privarás al organismo de oxígeno. Pero sobre todo no olvides beber regularmente para evitar la deshidratación y para de hacer ejercicio si te encuentras mal; tu cuerpo te manda señales, escúchale.
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